y nuevas sensaciones que te hagan sentir más viva que nunca?
Es el momento de que pruebes un Jumilla
Dicen que alrededor de la mesa siempre ocurren las mejores cosas, así que, ¿por qué no descorchar una buena botella de vino?
La Denominación de Origen Protegida Jumilla tiene una amplia gama de vinos para elegir, dependiendo de tus gustos o de lo que te apetezca en ese momento. Puedes optar por un vino blanco, con elegantes y profundos aromas que recuerdan a melocotón, albaricoque, piña y mango. En boca, este tipo de vino es complejo, con volumen y con una acidez que te dará una sensación de frescura increíble. Es ideal para combinar con aperitivos, pescados o mariscos.
Si prefieres un rosado, opta por cualquiera de su variedad.
La mayoría se obtienen a partir de la uva Monastrell, la reina de la zona. Son vinos de aromas afrutados, elegantes, sabrosos y frescos en boca. Pueden ser el compañero ideal de una ensalada, de mariscos, pescado o aperitivo.
El que nunca falla es un buen tinto Jumilla. También dominados por la presencia de la uva Monastrell, tienen un fuerte color, generalmente, rojo púrpura con ribetes violáceos. Son muy expresivos y afrutados en nariz, con notas de frutos negros, maduros y ciruela. Muy sabrosos y con gran estructura. Maridan a la perfección con arroces con carne, quesos semicurados, embutidos y carnes a la plancha.
¿Eres más de tintos potentes? Entonces, elige un crianza: aparte de la madera bien integrada, son sabrosos, carnosos y potentes, por su gran complejidad aromática. Son vinos perfectos para degustar con carnes rojas y, en especial, a la brasa, así como sabrosos platos acompañados con salsas melosas, quesos tiernos y semicurados e, incluso, con chocolates.
Y no olvides que, en la D. O. P. Jumilla, también se elaboran vinos tintos dulces, naturales y de licor. Son vinos brillantes, densos, de gran intensidad de color y con olores a frutos maduros, como pasas, higos y compota de frutos negros. Son muy agradables y complejos en boca y maridan muy bien con los postres de chocolate.